Moriré en Valparaíso

Moriré en Valparaíso
Mi nuevo libro con prólogo de Roberto Ampuero

domingo, 5 de octubre de 2008

El Arte de la Guerra

Hace años los porteños fuimos bombardeados por amenazas sobre la instalación de un pequeño supermercado que colindaría con la Plaza de la Matriz. La empresa elaboró el proyecto en base a recomendaciones hechas por el Departamento de Patrimonio. Este aprobó. Dijo que no atentaba sobre el patrimonio.

La sangre llegó al rio. Volaron demandas. Los opositores alegaron “historicismo falso”. Acusaron que la demolición estaba mal hecha. Mandaron un expediente a la UNESCO y sembraron títulos en matutinos santiaguinos asegurando que, por culpa de dicho proyecto, Valparaíso estaba a punto de perder su título patrimonial.

Tengo amigos quienes estuvieron a favor y en contra. Buenas personas todas. Pero ya cumplimos 2 años con dicho supermercado y me atrevo a decir que el mundo no se ha acabado. Puede que 1 en 100 sigue con la espina clavada, pero el resto ni siquiera se ha percatado. La Plaza de la Matriz está viva. Valparaíso sigue siendo Patrimonio. La gente está en otra.

Pero la batalla no terminó. Se trasladó. Una vez más nos viene el Apocalipsis. Que Puerto Barón (PB) matará al Puerto. Que matará el comercio detallista. Que matará la ciudad. ¿Y sí todo esto, igual a las amenazas anteriores, no sea la verdad? Nadie se hace responsable. Todo es justo en el amor y la guerra.

Quienes emprenden esta lucha son buenas personas. Han dedicado sus vidas a esto. Sus campañas a favor de los pequeños comerciantes son legendarias. David contra Goliat. La ciudad les debe las gracias.

Y han ganado. Si. Han ganado. Aunque el supermercado se haya hecho, los opositores ganaron. Aunque PB se haga, estos grandes guerreros habrán ganado. ¿Por qué? Porque habrán logrado sensibilizar tanto a la ciudadanía como a los inversionistas. Que Valparaíso no sea una ciudad cualquiera. Que no es llegar a instalar. Es poco consuelo, sé. Pero han ganado. Hace 5 años, muchos pensaban que ser patrimonio significaba transformar la ciudad en una Disneylandia para turistas. Este discurso ha sido derrotado. Hoy, nos aferramos a nuestro estilo de vida y nuestras tradiciones. Bien ganado.

El grupo Plaza ha hecho una cantidad importante de centros comerciales—la mayoría mucho más grande que PB. Pero jamás han invertido tanto tiempo, recursos, sudor, y lágrimas para complacer una ciudad como es el caso de Valparaíso. Bien ganado.

He dicho que PB es un proyecto que puede, y debe, mejorarse. Existen importantes sinergias que deben producirse, sobre todo con los espacios públicos y usos culturales. Además, se puede sacar más provecho a la Bodega Simón Bolívar.

Los escépticos me dicen, “Pero Todd, son capitalistas. Solo les interesa la plata.” Yo les contesto: “Mientras más espectacular el lugar, más plata van a ganar.”

He viajado bastante. He visto distintos proyectos de borde costero. Mi experiencia me dice que PB no matará a Valparaíso. Puede que no estás de acuerdo. Pero discutimos como caballeros, con un buen café y una copia de “el Arte de la Guerra” sobre la mesa.

“Las armas no son los instrumentos de los iluminados”.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Estimado Todd:

Desde hace un tiempo que leo tu columna del Mercurio y por supuesto, tu Blog. Por lo general, siempre me siento muy identificado con tus textos y las pocas diferencias solo acrecientan la cercanía de criterios con respecto a Valparaíso. Como si fuera una conversación de café, en donde no siempre se está de acuerdo pero se disfruta de la conversación amena y de discusión apasionada.

En este caso, no puedo estar más de acuerdo con tu texto con respecto al borde costero y a los proyectos que levantan una polvareda de fin de mundo entre los que defienden la ciudad.

Algunas veces esta defensa, muy apasionada, pierde cierta noción de espacio y la perspectiva. Hoy por hoy, pareciera ser que cualquier cosa que se haga en la ciudad contara con el enfrentamiento de las opiniones y vaya que tipo de enfrentamientos. Al final, como bien dices, los proyectos se llevan a cabo y todo continúa su ritmo y el fin de mundo queda suspendido en el aire.

A mi parecer, como amante de la ciudad, en lo que se debe poner más cuidado no es que en un proyecto como el de “Borde Costero” exista un Mall, sino que, el mismo proyecto cuide en su diseño arquitectónico la integración armónica de lo que existe para que el sector no pierda su identidad visual. Por ejemplo, muy cerca del lugar que hoy en día levanta las pasiones de la ciudadanía se encuentra la cadena Jumbo Easy en donde estaba el edificio de Gas Valpo. Se dejó parte de la fachada del antiguo edificio pero se pierde en absoluto entre el gran Bunker de concreto y de color amarillo. Fue, como se dice en Chile, un saludo a la bandera solamente. Un “déjense de molestar y ahí tienen”.

Es ahí cuando tenemos un gran problema puesto que los proyectos son invasivos y se destruye el entorno histórico del lugar. Es ahí donde se echa de menos una mano un poco más dura de parte del departamento correspondiente que diga: No señor, rediseñe su proyecto pues afecta al patrimonio del lugar.

Con respecto al Mall en el lugar que afectaría al pequeño comercio local, es ahí donde se pierden las perspectivas. En el mismo lugar existen, de nuevo, la gran cadena Jumbo Easy, supermercado de construcción y abarrotes, con dos multi tiendas; Almacenes París y La Polar. Más aun, al lado de ese gran centro comercial se construye otro más en el lugar donde antes estaba el Mercado Persa. A razón, algo así como un centro médico con una tienda ancla. Si eso no es ya un Mall, por favor que alguien me diga qué es lo que es.

Más importante para mí es el tema de la altura de este nuevo complejo en ex mercado persa y su diseño. Amenaza la vista del mirador Diego Portales del Cerro Barón, a razón, una de las vistas más completas y hermosas de la ciudad.

Hace mucho que Valparaíso ya no es el puerto principal de Chile y que San Antonio lo supera en movimiento de carga. Ese sector de Borde Costero no tiene aguas de profundidad necesaria para recibir barcos de gran calado. Valparaíso mutó en su actividad siendo el turismo lo que en el futuro moverá el quehacer de la ciudad y para ese lado es donde debemos movernos, cuidando de los espacios para que lo que atrae a los turistas no se pierda.

De alguna forma este proyecto de borde costero me recuerda a lo hecho en Buenos Aires con Puerto Madero. Quien visita Bs. Aires se da cuenta inmediatamente el importante espacio público ganado en el sector y el gran foco de atracción turística por sus alojamientos y restoranes. Es interesante lo realizado ahí, pues se mantiene el espíritu de Bs. Aires y su actividad típica en sus barrios tradicionales como San Telmo y La Boca se ven favorecidos por la llegada del extranjero y las divisas que dejan en su comercio.

El pequeño comercio local se potencia si se potencia la identidad. A Valparaíso no se viene, y eso lo tienen muy claro los turistas, a pasear a un Mall. Para eso está Viña del Mar. A Valparaíso se viene a caminar entre sus calles, se viene a la feria de las pulgas, al mercado de anticuarios de plaza O’Higgins, a comer Chorrillana, a tomar ascensor, a perderse entre la lata oxidada, a comprarse un sombrero, a la poesía de la vida detenida en otro tiempo.

Verán los que tienen miedo de este proyecto que el Mall estará lleno de chilenos mientras los “gringos” lo dejan de lado para adentrarse en la verdad de la ciudad.

Eso sí, cuidado y mano dura con los proyectos invasivos, que se mantenga la línea, que se potencie lo que hay, que no se construya demasiado alto, que se revise la historia arquitectónica del lugar y que no planten otro bunker amarillo.

Grandes abrazos desde el barrio del Almendral.

Leo Silva
Ruta Valparaíso

El Gringo dijo...

Estimado Leo,

Tu respuesta me encantó. Es un honor contar con lectores que saben elevar el debate.

Según lo que entiendo, la altura es un tema resuelto en PB. Quedan algunos detalles a resolver con respeto a vivienda, pero, aun así, el porcentaje que contempla el proyecto es muy, pero muy por debajo a sus pares internacionales como Puerto Madero, como mencionas.

Cuando se producen temas como PB o el proyecto del Santa Isabel, los amantes del Puerto, en general, tienen dos caminos a seguir. Uno es el miedo: es decir, pelear para que el proyecto no se haga. El otro camino, lo cual más me identifica, es ser proactivo y tratar de colaborar con el inverionista para lograr las sinergias para que la ciudad pueda acceder otras oportunidades que se presentan.

Son dos caminos y los dos son respetables.

Gracias, una vez más, por tu apoyo a este espacio.

saludos,
Todd

Anónimo dijo...

Se debe lograr un equilibrio entre el Capital ($) y la vocación de ciudad puerto patrimonio. ¿Cómo se traspasa eso desde conceptos, valores y costumbres, a elementos concretos, cuantificables en lucas y metros cuadrados, colores, funcionalidad, diseño?

Quizás falta un alquimista en esta discusión.

Lo que rechazo de todos modos: La venta del borde costero a personas ajenas al acontecer de la ciudad, es decir, el negocio inmobiliario. No al negocio inmobiliario en el borde

P.D.: tuve que postear acá porque me salía un mensaje ridículo en la página del diario on.line, que no me dejaba publicar el comentario

Anónimo dijo...

Citymarketing:

http://www.futurelx.com/docs/articulos/cmamart.pdf

si bien es una visión simplificada para la resolución del conflicto, sistematiza y ordena criterios y otras yerbas

El Gringo dijo...

Estimado Fernando,

Le comenté tu primer comentario al editor del diario para que vean lo que pasa con el sitio del Mercuriovalpo. Gracias.

Con respeto al tema vivienda, he conversado este tema largas horas con dos eminencias mundiales: Jordi Borja y Joan Alemany, catalanes responsables para el borde costero de Barcelona y asesores de proyectos de bc en todo el mundo. Me aseguran--y hay otros datos que lo corroboran--que un cierto porcentaje de vivienda es importante en los proyectos de borde costero. Eso si, tiene que ser de primera y no segunda vivienda, pues, la idea es que se constituya un verdadero sabor a barrio con residentes que permenecen y cuidan el lugar. Las experiencias internacionales demuestran que, cuando no se presente dicha condición, se corre el riesgo que el barrio se convierte en "ghetto" desvinculada del resto de la ciudad.

En el caso preciso de Valpo la situación se compleja porque los terrenos son, como todos sabemos, estatales. Pero lo que muchos no entienden es que hay un sector que nunca fuese estatal, pertenecía antes a una empresa danesa Segetrans (Lauritzen) y la EPV lo compró hace unos años para agrendar el paño. Es la parte entre la bodega SB y la linea ferrea, donde, durante décadas, habían puros contenedores.

Así, creo que cualquier proyecto de vivienda debe ser de primera vivienda, debe ser en un porcentaje menor a 10% del proyecto, y debe ser en los terrenos no estatales.

Por ley.

Gracias por contribuir al debate.

saludos,
Todd