Moriré en Valparaíso

Moriré en Valparaíso
Mi nuevo libro con prólogo de Roberto Ampuero

domingo, 14 de febrero de 2010

Anoche soñé

Eran las 8 de la mañana, el 17 de Abril de 2012. Aniversario del primer cabildo. La ciudanía porteña desayunaba con calma. Era el día del primer plebiscito abierto desde que, en Marzo de 2011, el Congreso había promulgado la “Ley Valparaíso”. Los porteños se preparaban para votar.

Ya en agosto de 2011, en cumplimiento a lo estipulado por la ley, se había constituido “La Corporación Ley Valparaíso”, un ente público privado encargado de administrar los US $50 millones que el gobierno acordó aportar cada año por 15 años. En Septiembre, el directorio fue elegido tras un fuerte proceso de participación ciudadana. Se contrató la pequeña planta ejecutiva vía concurso público. Los estatutos estipulan: “el gasto administrativo de la corporación no puede superar el 4% del presupuesto anual”—un número extremadamente bajo—los cuales deben incluir viajes y viáticos.

Entre Septiembre 2011 y Marzo 2012 empezaron a llegar los proyectos. ¡Y qué manera de llegar proyectos! Se recibieron 54, de los cuales, más de la mitad (39) fueron avalados por el comité técnico. Estos 39 proyectos aparecerían en el balotaje de hoy.

Se habían recibido proyectos de 12 universidades, además de proyectos de corporaciones, tales como Ciudadanos por Valparaíso, el Comité Pro-Defensa de Valparaíso, la Junta de Vecinos del cerro Concepción, la del cerro Polanco, el Festival de Cine, la Fundación Neruda, la Fundación Valparaíso, y muchas más.

Había una propuesta para volar el Nudo Barón y hundir la Avenida Errazurriz entre Argentina y Edwards, creando un gran parque, avalado en US$ 18M. Otro restauraba los ascensores “Santo Domingo” y “El Litre” (US 2,5M). Otro: “Transformación de la Avenida Alemania con 500 árboles y 6 nuevos miradores”. Costaba US $4,1M.

Había proyectos para bienales internacionales de pintura, diseño, y arquitectura.

Para la Avenida Argentina se habían presentado 3 proyectos: El primero, promovido por los mismos feriantes, contemplaba el status quo con un leve upgrade cosmético. Estaba tasado en US $1,2M. El segundo abarcaba el traslado de la feria y lo reemplazaba con un bulevar bicentenario de jardines, fuentes, y esculturas. Se tasó en US $7,8M. El tercero reconocía el valor de la feria como patrimonio intangible, pero proyectaba una inversión importante para hermosearla, agregarle infraestructura, y transformarla en una atracción turística. Contemplaba estacionamiento subterráneo en el sector e incluía una solución subterránea integral para el abasto de los camiones. Costaba US $20M, pero la corporación financiaría solo 8,9, pues, habría un concesionario del estacionamiento.

Cada porteño votaría por 2 proyectos por categoría: patrimonio, obras viales, cultura, turismo, educación, etc. La corporación tendría 24 meses para implementar. El plebiscito se repetiría cada 2 años.

De repente, sentí unos lengüetazos. Era mi gato siamés. Me desperté.

domingo, 7 de febrero de 2010

Una caja de chocolates

La primera vez que recuerdo haber conocido a Pablo Peragallo fue el 2000. Pero como se trata de un personaje ubicuo en el paisaje porteño, es posible que lo haya conocido antes. Sólo recuerdo que un día de invierno compraba un diario bajo la sombra del Reloj Turri. Se me acerca un caballero. Me abraza como si me hubiera conocido mil años. "Cuando inaugures el nuevo campus de la Fundación te voy a visitar y te voy a regalar un pino. Es un ciprés que viene de Italia. Es primo directo de aquellos cipreses que vigilan el Cementerio No. 1 del cerro Panteón".

Me llegó el pino. Así, nació una linda amistad.

Pablo tiene 62 años, de los cuales 60 ha vivido en "La casa Peraga", el histórico castillo construido a pie del cerro Mariposas por Arnaldo Barison.

Allí están sus cuadros, recortes, libros, medallas, colecciones. Allí está el telegrama que redactó para Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov el 8 de octubre de 1986, enviado al hotel donde los dos se hospedaban durante su primera cumbre. Dice: "Mi amado Valparaíso cumple 450 años este año. No puedo imaginar un regalo más lindo para mi ciudad que un tratado de paz mundial. Les deseo suerte, Pablo Peragallo." Años después, la copia original del telegrama fue firmado por Gorbachov en Valparaíso.

En la misma casa están las fotos de Pablo con Luciano Benetton, Michelle Bachelet, Ricardo Lagos, y centenares de otros personajes. Allí está con el Dalai Lama. Me muestra una tela que el mismo tibetano le regaló, junto con un recorte de un diario internacional. En la foto, el Dalai Lama regala al Presidente Nicholas Sarkozy una tela idéntica a la que tiene Pablo.

En 1998, Pablo sufrió un cuádruple bypass. Estuvo inválido. Al borde de la muerte. Durante dos años vivió en absoluta soledad. Aprendió a hablar desde cero. Su mente es lúcida, pero habla pausado. Acusa dislexia. Emana una luz impresionante. Clave en tal milagro fue el amor de su polola eterna, Angélica Vera. Se casaron en la Iglesia las Carmelitas del cerro Bellavista. Pablo mandó a hacer una copa de bronce. Dice: "Pablo Jesús Peragallo Silva 1948-1998. Jubileo 2000". Pablo había renacido.

En la película "Forrest Gump" de Robert Zemeckis, Tom Hanks interpreta a un adulto que ve la vida con la inocencia de un niño. No es capaz ni de la manipulación ni de la mentira. Siempre busca lo bueno en las personas. Los termina enalteciendo. Su vida se convierte en un hilo de milagros y bendiciones.

El 31 de diciembre de 2009, Pablo Peragallo, Hijo Ilustre de nuestra ciudad, asistió a la fiesta oficial en el Museo Lord Cochrane. A las 12, se acerca a la mesa del alcalde Castro y Sebastián Piñera. Se saludan. De repente se prenden las cámaras. Piñera levanta una copa desde la mesa y entrega su primer brindis del Bicentenario. Les invito a revisar las imágenes de tal brindis que salió en la tele. En la mano del Presidente electo, está aquella mítica copa de bronce, la de Pablo Peragallo.

La vida es como una caja de chocolates.