Moriré en Valparaíso

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Mi nuevo libro con prólogo de Roberto Ampuero

domingo, 15 de agosto de 2010

Valparaíso, fuera del cuadrado

A un conocido sicólogo, especialista en tratar a los mejores golfistas del mundo, le gusta presentar a sus pupilos un famoso dibujo. Se trata de nueve puntitos ensamblados en forma de cuadrado. ¿El ejercicio? Conectar los nueve puntos utilizando sólo cuatro líneas rectas, sin levantar lápiz del papel.
El 99% de los que intentan terminan rindiéndose. "No se puede", dicen. ¿Su problema? Asumen que sus opciones se reducen al universo representado por el cuadrado. Si aceptas estas limitaciones, el puzle es imposible. ¿Y qué pasa con el 1%? Parten, como muchos, conectando el diagonal que pasa por el medio. Después, doblan por abajo. Pero cuando llegan al último puntito, en vez de doblar otra vez, siguen adelante en línea recta hasta encontrarse fuera del cuadrado. Desde esta perspectiva, descubren una nueva geometría. Los nueve puntos no necesariamente tienen por qué formar un cuadrado. ¿Por qué no pueden formar dos triángulos? La solución aparece. ¿El mensaje? Cuando la adversidad te embosca, hay que aprender a pensar fuera del cuadrado.

En 1988, Australia cumplió 200 años y celebró en grande con la Expo Mundial de Brisbane. Se reclamó un inmenso páramo de viejas bodegas e industrias en la ribera sur del rio Brisbane. Estas fueron transformadas en hoteles, loft, y restaurantes. Entre el borde fluvial y el recuperado patrimonio industrial, se despejó un predio de 20 hectáreas para la instalación de los 102 pabellones.

Pero la Expo duró solo 6 meses. Una vez terminada, se desmantelaron las exposiciones, dejando un vacío importante en el corazón de "la ribera sur".

Llovieron ofertas. ¿Vivienda? ¿Oficinas? ¿Comercio? ¿Un campus universitario?

La respuesta llegó gracias a la afamada firma de arquitectos, Denton Corker Marshall, de Melbourne, especialistas en "pensar fuera del cuadrado". Estos presentaron un Plan Maestro urbano que asombró por su simpleza, elegancia, y genialidad.

Se mandaron a construir 406 sinuosos zarcillos de fierro galvanizado. Cada poste medía 4,5 metros y constituía una verdadera escultura en sí. Los postes fueron erigidos en dos columnas paralelas de 203 zarcillos cada uno. Hubo intervalos de 5 metros entre cada poste. Al nivel de suelo, las dos columnas fueron separadas por 7 metros. Arriba se juntaron como tijeretas. En su conjunto, esta monumental estructura serpenteaba por un kilómetro. Desde el aire parecía el esqueleto de una gigantesca pitón.

Una vez erigido el casco, se juntaron los zarcillos con un sistema de alambres. Sobre estos, se plantaron miles de buganvilias color fucsia.

15 años después, el "Gran Parrón de Brisbane" destaca como un hito mundial del buen urbanismo. Seduce por su belleza escultural. Pero más impactante ha sido su glorioso impacto urbano. Articula, define, e integra todo la vida de la ribera sur.

Sus sinuosas curvas son perforadas por cinco calles rectas. Esta combinación deja espacios urbanos de distinta forma e índole, parecido al laberinto de Valparaíso. En algunos espacios, dejaron parques, fuentes, hasta una pequeña laguna con jardín japonés. Otros ostentan cafés, bibliotecas, galerías, y restaurantes. Los fines de semana se hace una feria de productos orgánicos.

No les voy a mentir. El primer día que caminaba debajo de esta maravillosa escultura tuve un solo pensamiento: "Quiero traerme tres a Valparaíso." Visualizaba uno para la Avenida Argentina, otro para la Avenida Brasil (zigzagueando entre las palmeras y los monumentos), y otro en la "Explanada del Mar" contemplado por Puerto Barón. Los tres constituirían un gran paseo de tres kilómetros que partiría en la entrada Valparaíso y culminaría en el edificio del Gobierno Regional.

Ay… Soñar es gratis. Pero, mi punto es otro: Hace 20 años que nuestras autoridades viven de contingencia a contingencia. Que nos cierran ascensores, que los perros muerden a turistas. Cada día, hay que apagar algún incendio. Valparaíso es un puzle de nueve puntos. Si sacas la basura de un lugar, reaparece en otro. Los nueve puntos jamás se pueden unir mientras sigamos viviendo dentro de nuestro pequeño cuadrado.

El Fórum de las Culturas habría sido el escenario ideal para traer maestros talla mundial a enseñarnos a soñar más allá de tales limitaciones. Pero cuando el gobierno anterior dejó botado el Fórum, esta histórica oportunidad se convirtió en otro incendio más.

Pero no todo está perdido. Recomiendo que el Gobierno Regional, en conjunto con el CNCA, invite cinco grandes urbanistas mundiales a Valparaíso de la envergadura de aquellos que idearon el Gran Parrón de Brisbane. Puede que cinco grandes simposios, dictados por genios que viven lejos de nuestro sofocante mundo de prejuicios y limitaciones, sea justo el golpe que necesitamos para despabilarnos de la pesadilla de nuestro pequeño mundo donde todo nos parece imposible.

7 comentarios:

Valparaíso en el tiempo. dijo...

Hola Todd;

Según el canal del tiempo (Weather Channel) las posibilidades que cayera agua hoy a ésta hora en Valparaíso -22,25- eran de un 20%.

Apuesto a ese 20% o menos para que logremos recuperar lo que hemos perdido para que autoridades y filántropos se conecten de una vez por todas a las necesidades del puerto y nos tiendan una buena mano para salir pronto adelante.

En estos momentos, y como dice un buen amigo: llueve en Valparaíso.

Saludos
Daniel

idealesdeunquijote dijo...

Todd:
Un gran pensamiento y un gran aporte.
Dios quiera que las autoridades lean este reportaje y puedan hacerlo realidad.
Saludos!!!!!
Juan Antonio Salas León

Daniela R.A. dijo...

Estimado Gringo,

También creo que se han dejado puntos importantes fuera del trazado de la ciudad patrimonial,sobre todo porque más de alguna vez se ha dicho que el Valparaíso no es consciente de lo que significa ser ciudad patrimonio. Solo hay expertos que no tienen pelos en la lengua y no entienden donde está el patrimonio primordial, y este es el "intangible".

Como personas, en la inercia de vivir para apagar incendios terminamos en perder la esperanza y la inmediatez de soluciones mitiga la creación e identidad. El gran patrimonio: es la ciudadanía que ha tenido el brío de levantar el puerto de Valparaíso vez tras otra(La historia avala la reconstrucción tras: estancos, terremotos, saqueos y bombardeos, incendios, atentados políticos).

Sorpprende el temple... porteños aguerridos, que trabajan, caminan cerro arriba hasta avenzada edad y se rebuscan la vida por el desempleo o para mejorar sus condiciones, hichas de su puerto e hinchas Panzers, valioso patrimonio y con gran potencial para trabajar por su propia ciudad.

Estos son los puntos fueras del cuadrado que tiene la experiencia de moverse y movilizar el puerto día a día. El experto patrimonio de Valparaíso, que nunca es integrado en convenciones o se les preguntan como sueñan su propia ciudad.

La cultura es de la humanidad, y es quien le da vida a las obras estructurales.

Al intangible patrimonio hay que recordarle y prepararle para soñar!.

El Gringo dijo...

Juan Antonio,

Gracias por el apoyo. Las autoridades lo leerán. De esto no hay duda. Veremos si estamos aun ha tiempo para gestar algo interesante. Saludos, TT

El Gringo dijo...

Daniela,

Como siempre un interesante aporte.

¿Como poner en valor este patrimonio intangible que es el porteño "aguerrido"? Esta es la pregunta del millón. Aun no tengo claro la mejor forma.

Me parece que se trata de un grupo hetergéneo. Vienen en distintos tamaños y con distintos perfiles. Están los pequeños comerciantes que luchan para salvar a su emporio, panadería, almacen, o kiosco. Están los abuelitos, los universitarios. Todos muy interesantes en lo que agregan a la ciudad.

Y están los dirigentes vecinales que, demasiadas veces, vienen contaminados por la política local, pues, ya han saboreado un poco de poder y empiezan a sentir ambiciones para más. Estas, si, son más complejas. Pero todos tienen un lugar en este gran mosáico que es Valparaíso.

En fin, 100% de acuerdo que hay que involucrar este importantísimo activo que es el porteño, pero con muchas dudas sobre la metodologia correcta a emplear para lograrlo.

saludos,
TT

idealesdeunquijote dijo...

Sobre el último comentario de los intangibles, pienso que existe un número de personas que ha ido aumentando, tal vez producto de la droga, del alcohol y de ignorancia. Estos personajes contaminan nuestras ciudades con desperdicios, delincuencia, falta de cultura; incapaces de levantarse, de limpiar, de ayudar, sólo muestran el lado feo de la ciudad y están en cada esquina, no sólo en los cerros sino también en el centro; a veces, por no decir siempre, este grupo parece ser mayor que el grupo normal de gente, pero no es así, sólo que ellos gritan más que nosotros, que somos temerosos y no nos atrevemos a enfrentarnos a ellos por la represalias contra nuestra propiedad y nuestra persona.
Creo que la solución radica en la educación de los niños, para que luego ellos puedan cambiar el entorno. Miro para atrás, hacia mi lejana juventud, y pienso que en ese entonces la educación era mejor y el mundo era mejor, tal vez más pobres, pero más tranquilos. Habían catástrofes, grandes crímenes, tragedias familiares, pero esas noticias las leíamos en el Vea, con grandes titulares, ahora la televisión nos pone esas noticias en nuestra propias narices y nos impactan más.
Añoro la inocencia de aquellos tiempos.
Saludos!!!
Juan Antonio Salas León

El Gringo dijo...

Estimado Juan Antonio,

Creo que mucho que lo que describes se podría encontrar en cualquier de los grandes urbes mundiales: es decir, se tratan de problemas de la sociedad en su conjunto y no exclusivamente problemas de Valparaíso.

Concuerdo 100% en la necesidad de inculcar valores a los chicos y concuerdo con Daniela que mucho de esto se podría hacer mejor si incluiríamos en nuestro programa educativo local y discurso que valora el porteño como parte importante del patrimonio de ello. Esta levanta las personas y las inspira. No es una panacea, por supuesto, de todos los males que nos enfrentan, pero es un punto de partida.

Gracias por el aporte.

TT