Mi hija pregunta: "¿Qué hace el ratón Pérez con tantos dientes?".
"Esto, junto con cómo construyeron los pirámides, son los dos grandes misterios del universo", le digo.
Se estudia meticulosamente en el espejo, fascinada por el inflamado hueco de encía que queda en el lugar donde una vez hubo una paleta. Hoy, domingo, tendrá su segundo recital de ballet en la Aula Magna de la UTFSM. Será una gatita. Una gatita que le falta un diente.
El martes, cuando me tocaba recogerla en su academia, hice una maldad. Llegué cinco minutos antes. Me escondí tras una pequeña apertura de la puerta para espiarla ensayando sus pasos. Adentro, la profesora gritaba indicaciones: El domingo, si se les cae el colet, ¿lo van a recoger? "¡No!" contestaron 10 gatitas preciosas. ¿Y si se les cae un botón? "No." ¿Si se les caen la cola? "No."
Por un instante, se me olvidó el caso corrupción, las elecciones internas de los partidos políticos, los números de la encuesta CEP, los ascensores oxidándose en sus rieles. Por un instante, estaba feliz.
Ay, la felicidad. Esta efímera eternidad. Hoy día, en las grandes universidades norteamericanas, se puede estudiar cualquier cosa -desde una deconstrucción marxista de la canción "Like a Virgen" hasta "cómo ganar más dinero utilizando Facebook y Twitter", pasando por "si existe o no un gen de la bisexualidad en los crustáceos". Pero no existe ni una licenciatura ni un magíster en alegría. Basta escuchar un par de minutos nuestro debate político para saber lo poco que se sabe de este último.
En una entrevista en 1981, un periodista le preguntó a Bob Dylan qué le motivaba seguir reinventándose, una y otra vez: "No necesitas ni la fama ni el dinero. Artísticamente, no te queda nada para lograr, pues, tienes docenas de canciones inmortales. Has ganado tu lugar en la historia. ¿Por qué no descansas y disfrutas lo que has hecho?".
Dylan contestó: "Existen industrias enteras dedicadas a enfermarnos, a perpetuar nuestra enfermedad. Permea el cine, la televisión, propaganda, farándula, los letreros en la carretera. Si yo no pensara que mi música pudiese ayudar a que alguien fuera feliz, no estaría cantando. Estaría navegando en un bote, o caminado por el bosque".
En términos de liderazgo, ser una persona feliz tiene muchos beneficios. "La gente no nos sigue por lo que decimos", dijo Sun Tzu, "la gente nos sigue por lo que somos". En el Oriente llaman esto "La ley del esfuerzo invertido". Mientras más desesperadamente buscamos algo, más nos alejamos de ello.
Uno de los grandes secretos de la mística que se sentía en Valparaíso entre 1998-2003 fue precisamente eso. Por un instante, los porteños olvidaron sus penas. Dejaron de ser víctimas. Se reenamoraron de su ciudad. Redescubrieron la alegría de ser porteño. Lo demás llegaba solo.
Así, por un día, me perdonarán si no hablo ni del desempleo, ni del Mercado Puerto, ni de los perros callejeros. Hoy día voy al ballet. A bailar señores.
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14 comentarios:
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Mauricio_U_ Gran columna de @ToddTemkin en "El Mercurio de Valparaiso"..http://ow.ly/2juDL
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Pomy2010 @ToddTemkin simplemente hermosa!!!!
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miss__roboto @ToddTemkin Alguna vez te entrevisté para un trabajo en mi Mg en Gestión Cultural y mencionaste "La ley del esfuerzo invertido". La aplico.
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Dani_Briceno @ToddTemkin Muy entretenida columna, y lo de "La ley del esfuerzo invertido"; muy cierto.
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Jaimee_94 @ToddTemkin Me fascino su columna! Espero la siguiente.
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ABuccione "@ToddTemkin: Esperando inicio del Ballet en aula magna UTFSM"// a proposito, buena columna la de hoy... Se agradece!!!
MA-RA-VI-LLO-SO
que alegria comenzar una semana con algo asi.
Felicitaciones.
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JavierC_Emppu Excelente Blog
Me pareció una muy linda columna, sin embargo pienso que la dualidad de sentirse apenado y feliz es en gran parte a que el puerto sabe a nostalgia y siempre suele tildarse a un pasado que cambia y se va, que llega y no está. Creo que ambos compartimos un amor y ambos estamos casados con el, yo desde la distancia tu el amante más fiel y severo Valparaíso es un tesoro que todos queremos pero que nadie se quiere hacer cargo ojala no sigan cerrando los ascensores. Éxito en la fundación y saludos a nuestro puerto.
Estimado,
Gracias por visitar el blog y por el aporte. Tienes razón sobre la dualidad que existe entre la felicidad, el sufrimiento, y el ser porteño. De hecho, hice una columna sobre este tema hace 4 semanas, "Ciudad de Sufrimiento", disponible aqui en el blog.
saludos,
Todd
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TeddMarley
Muy buena columna de @ToddTemkin, se nota que sabe de lo que habla. ademas Valpo es maravilla mundial
Qué ternura que sabes reflejar. Supongo que el amor de papá le hace eso a los hombres. Muy buena columna! Saludos =)
Mmmmm Pues hasta hace poco encontre este blog y realmente es uno de los mejores que he leido :)
Gracias. Se agradece el apoyo. La verdad es que le pongo harto empeño, si lo puedes recomendar a otros sería fantástico.
saludos,
Todd
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