Moriré en Valparaíso

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Mi nuevo libro con prólogo de Roberto Ampuero

sábado, 13 de septiembre de 2008

País rico, ciudades pobres


Acabo de regresar de Brisbane, Australia, donde participé en una conferencia sobre diseño urbano. Esta encantadora ciudad, capital del estado de Queensland, se emplaza sobre suaves colinas talladas por un río espectacular. Hace 20 años fue sede de los Juegos Commonwealth, y sus habitantes aprovecharon la oportunidad para soñar. Hoy su obsesión es convertirse en una “ciudad de punta” para el diseño urbano y el desarrollo sustentable. Están a punto de lograrlo.

Los expositores internacionales fuimos invitados a una recepción con el Alcalde. Durante una conversación casual me revelaron algo interesante: el Concejo Municipal de Brisbane maneja un presupuesto, ajustado a su cantidad de habitantes, 28 veces superior al de Valparaíso.
Sé lo que están pensando: “Obvio, gringo, Australia es más rico que Chile”. Así es. Medido en términos de ingreso per cápita es 3,5 veces más rico. Otros índices ponen la diferencia en 4 ó 4,3 veces. Pero nunca 28. Nunca 28.

Aproximadamente, 15% de lo que se tributa en Queensland se queda en Queensland. Australia es federalista. Si Brisbane quiere crear grandes parques y explanadas; si quiere poblar la ciudad con arte, fuentes y esculturas; si quiere invertir en sus universidades para que sean potencias mundiales, no tiene para qué pedirle plata a ningún ministerio. Valparaíso, ciudad patrimonial, capital de una región que tiene minas, tres puertos internacionales, y la refinería más grande del país, vive en la miseria.


Uno de mis colegas era un experto en economía de las ciudades modernas. Se explayó, con su encantador y apenas inteligible acento escocés, sobre el círculo virtuoso que existe cuando una ciudad invierte en cultura, espacios públicos, infraestructura, etc. Con dibujos y gráficos detalló el ciclo de riqueza de la ciudad moderna. Cómo se gasta y cómo se recupera. Sólo hubo un problema: todos sus ejemplos eran sobre ciudades de países federalistas. ¿Una casualidad?

No creo. A mí, me tocó dictar la charla del cierre. Estaba más nervioso que lo habitual. La conferencia era muy técnica, y yo, el único que no era ni urbanista ni arquitecto. ¿Se habrían equivocado los organizadores? La directora me aseguró: “Todd, te trajimos por una razón. El diseño urbano sin poesía, sin toque humano, no tiene sentido”. Mi exposición se tituló: “Cuando la ciudad te salva la vida: el patrimonio humano como factor del diseño urbano en Valparaíso”.

Me cayó encima un mar de abrazos. Aproveché la euforia para plantearle a mi amigo escocés la compleja situación de nuestra ciudad. “Vivimos”, le expliqué, “de patentes comerciales, patentes vehiculares, patentes de construcción y un subsidio estatal”. Arqueó las cejas. No lo podía creer.


Algunos dicen que el federalismo aumenta la burocracia y la corrupción. Pero en Chile, no hay que erigir un parlamento en cada región. Basta con dictar una ley que diga que 15% del IVA y del impuesto a la renta se quede en su lugar de origen. Basta con elegir el Intendente y el CORE democráticamente. Sé que te parece difícil, una locura.


No es fácil soñar cuando uno lleva tantos años viviendo de la mendicidad.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Buena, Todd. Siempre lo estaba pensando, sin poder justificarlo técnicamente, solo era un pensamiento, a lo mejor por la experiencia de haber vivido la mayor parte de mi vida en un país federalista. Las regiones de Chile necesitan más autonomía. Más federalismo. Ahí pusiste un ejemplo en lo que puede derivar. Gracias.
Jan

El Gringo dijo...

Hola Jan,

Para mi, este tema es tan interesante, qu, en el esapcio de 3 mil caracteres, es imposible hacerlo justicia.

Habría que actualizar un poco la información que manejo, pero sé que, por lo menos, hace pocos años, las únicas regiones que recibieron más que produjieron eran la primera y la metropolitana. Los demás producen un porcentaje del PIB superior a lo que reciben como presupuesto del estado. ¿El ejemplo más dramático? La segunda. Una vez más mis datos hay que actualizarles, pero sé que la segunda produce más o menos 15% del PIB (grande mineria, por supuesto) y recibe menos de 2% del presupuesto. Bueno. Se puede escribir un montón sobre este tema. Lo más impresionante es entender como, al fomentar la autonamía económica de las regiones, se generan "clusters" y negocios asociados los negocios regionales que hoy no se producen. Se generan círculos virtuosos que no se pueden producir en el centralismo. Espero generar más debate sobre este tema.

saludos Jan.

Anónimo dijo...

Hey Todd,
justo lo que estaba pensando hace unos dias. Recien estuve en Espana y Portugal me impactaron positivamente muchas cosas. Necesito mas tiempo para pensar y extenderme mas (lo que quiero hacer). Un abrazo y saludos desde la distancia.
Rene Veron

El Gringo dijo...

Hola René,

Great to hear from you! Keep in touch.

TT