sábado, 15 de noviembre de 2008
Pasitos
Uno de mis grandes placeres es el que se produce cada día a las 6:40 a.m. A esa hora ya me despertaron las golondrinas del cerro San Juan de Dios. Deambulo un rato entre los últimos vestigios de mis sueños, hasta que se disipan como el vapor sobre un buen chocolate caliente. Allí viene. El sonido milagroso. El goce indescriptible. Pasitos. Viene mi hija de 4 años.
Pónganme un antifaz y háganme escuchar a 10 niñas de 4 años caminando sobre tablas de piso crujientes. Les apuesto: puedo identificar los pasitos de mi hija.
Acto seguido viene “cachorrita regalona”, una importante tradición en la casa Temkin. Se trata de un abrazo eterno. Uno de esos que te recuerdan que da lo mismo si la economía, la política, el trabajo, todo, se va a la cresta. Tengo este momento, tan eterno como efímero. Tengo mi “cachorrita regalona”.
Pero hace 2 días mi vida cambió para siempre. Estaba en la cama. Cantaban las golondrinas. Esperaba mi cachorrita regalona. Aparece, pero, por primera vez, dice que no quiere. Negociamos. “Te doy 5 segundos”, ofrece. Exijo 60. Transamos en 30. Allí estamos, abrazados. De repente empieza a contar: 1, 2, 3, 4… Me muero.
En mis 10 años al mando de la Fundación Valparaíso (FV) he sufrido de todo, pero nunca esto. He sido emboscado y embestido. Se ha dicho: “El gringo compró todas las casas de la ciudad”. Habíamos comprado una. Cuando hermoseamos 23 casas en el sector del Museo a Cielo Abierto se dijo: “El gringo echó a todas las familias a la calle”. Al confirmarse que no era así, dijeron: “Cobra peaje a todos los que sacan fotos por allí”.
Se ha difundido que trabajo para Bush y para la CIA. Durante las elecciones presidenciales de ’98 corría el rumor de que pintamos la sede de la FV amarillo y azul porque me había pagado el candidato “del cambio”.
Todavía guardo, por nostalgia, unos 10 correos electrónicos que intercambié con un tal Ernesto, alrededor del 2000, momento de gran actividad en la FV: “Gringo de mierda”, partió el primero, “a ver si bajas del Olimpo a contestarme”. A continuación un compendio de insultos que despertarían a mi abuelita de su sueño eterno. Le invité a conversar, pero no quiso. Así, entramos en un diálogo cibernético. El acusaba, yo contestaba. El último correo de Ernesto lo recibí 3 meses después. Decía: “Todd. Asistí a escondidas la inauguración de tu último proyecto… He llegado a la conclusión de que no eres un mal tipo. Ojalá que pudieras ser más francés, menos yanqui. Pero no eres una mala persona. Por lo menos el vinito que ofreces a los vecinos es muchísimo mejor que el vino de caja que dan otros”.
Me encantó. Y es más. He hecho las paces con todo esto. Es parte del juego. ¿La vida? Un viaje. Hay que gozar, lento. De pasitos. Que digan lo que quieran.
Pero, ¿que mi hija cuente hasta 30? Esto no lo soporto. No. Pero hay esperanza. Tengo un osito a punto de cumplir 7. Es delicioso. Mejor aún, no cuenta hasta 30. Ay, Dios. Hay esperanza para mí.
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4 comentarios:
Recibido por correo electrónico:
hola mister todd
el dia domingo pasado, al hojear el diario el mercurio, me tope con su columna l
la que por supuesto, nunca habia leido, pero en esta oportunidad me llamo mu-
la atencion, la historia de los treinta segundo, ya que al igual que usted, tengo
un bebe de 7 años , y nos damos abrazos de treinta segundo, que me imagino
que para usted al igual que a mi, encontramos ese momento maravilloso,que nos transporta
lejos de esos ernesto u otras situaciones anologas, extraviadas en el limbo de una
sociedad imberbe, y necesaria, y que en lo personal, le tengo cariño,no conozco
su fundacion, pero si sirve, para crear nuevos espacios culturales, bienvenido sea
yo, estoy instalandome con una cafeteria art. en viña, "se llama Cafe Bonitto" y quiero
que sea un centro donde todos los artistas, puedan mostrar sus trabajos y tengan
una tribuna gratuita para darse a conocer o difundir su arte, en especial la poesia
y perdone a los ernesto de este pais, que los hay en todas partes del mundo
asi como el, tambien estamos los que apreciamos y valoramos lo esfuerzos foraneos
para difundir nuestra cultura, y somos los mas, mi hijo tambien algunas veces
llega a los cinco segundo, pero eso es lo que lo hace maravilloso
felicitaciones, juan carlos
atte. Juan Carlos
Comentario recibido desde mercuriovalpo.cl:
Siempre he leido sus articulos, y da gusto que un extranjero quiera tanto a Valparaiso, esta ciudad con olor a puerto y perfume de mercado, de ropa tendida como banderas al viento, de casas enlatadas, ojala que Valparaiso algun dia vuelva del horizonte, alla donde el sol muere en la oscuridad del dia.-
Firma: Luis Adriazola Flores..-
Muy bueno este texto.
Hace dos fines de semana mi hija, mi única hija, cumplió quince años.
Teníamos una versión de tu “Cachorrita Regalona” al cual llamábamos “Huevito”, después se modificó por el abrazo familiar, un apretuje de los tres de esta familia (la casa Silva). También una corredera a la cama con mi hija donde jugábamos un buen rato para terminar abrazados y regaloneando.
Con el tiempo los cariños también se van haciendo breves, sin embargo siempre están y se matizan con conversaciones, intercambio de opiniones, filosofía familiar y mucha risa.
Todos los momentos son felices si uno quiere verlos, incluso los duros. También he sufrido de aquellos ataques gratuitos. Hubo un momento, cuando comencé en este trabajo, que me involucré con pasión en algunos proyectos de los que no salí muy bien parado.
También, de pronto comprendí que el bajo perfil es una bendición que te permite moverte en el secreto, haciendo sin que nadie se dé cuenta. He realizado mis propios logros pequeños en el más absoluto secreto. La exposición pública no me interesa, solo quiero desarrollar mi trabajo y junto con eso activar algunos contactos o potenciar alguna pequeñita área.
La centrifugadora de las opiniones, las discusiones y las sospechas suele ser muy violenta algunas veces.
En tu caso, para algunos sectores, algún mal recuerdo de la era Nixón – Kissinger, te pasa la cuenta.
Anyway… A abrazar y disfrutar del “Cachorrita Regalona” que sin darte cuenta, un día estarás levantando una copa de Champaña celebrando los quince años de tu hija.
No sabes el orgullo que da ese día.
Abrazos desde el barrio del Almendral.
No tengo duda de que el tiempo corre rápido. Mañana estaré dando el brindis en su matrimonio--por lo menos asi me va a parecer.
Dios me salve.
un abrazo,
TT
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