Moriré en Valparaíso

Moriré en Valparaíso
Mi nuevo libro con prólogo de Roberto Ampuero

domingo, 15 de junio de 2008

Todo Pasa y Todo Queda


Una de mis primeras gestiones al mando de la Fundación Valparaíso fue visitar a Jaime Migone y Antonino Pirrozi. ¿No sabes quiénes son? No te preocupes. Tampoco lo saben la mayoría de nuestras autoridades, historiadores y activistas patrimoniales. Hace 10 años que no reciben siquiera una tarjeta de navidad desde Valparaíso. Una pena. Si no fuera por ellos, puede que ni siquiera seamos patrimonio de la humanidad.

Corría 1994 y Valparaíso pasaba por un trance de fatalismo total. San Antonio nos superaba por primera vez en tonelaje. El desempleo alcanzaba dos dígitos. Una generación de jóvenes profesionales abandonaba la ciudad en busca de mayores oportunidades en otra parte.

La palabra patrimonio aun no cruzaba los labios de nuestras máximas autoridades, pero en la oficina de dos arquitectos italo-chilenos sigilosamente se gestaba uno de las hazañas más geniales de nuestra historia cultural. Jaime y Antonino, titulado en patrimonio en el país del Dante, habían estado en conversaciones con la fundación World Monuments Fund en Nueva York.

El WMF publica cada dos años el World Monuments Watch, documentando los “100 Tesoros Mundiales en Mayor Peligro de Desaparecer”. Es un verdadero Premio Nobel del patrimonio. Un referente mundial. Una punta de lanza para postulaciones ante la UNESCO.

¿Qué cocinaban Antonio y Jaime? Incluir a los ascensores de Valparaíso en el listado WMW de 1996. Cuando el hito se consagró fue recibido por los medios locales con asombro y curiosidad. Era Gabriela Mistral otra vez ganando el Premio Nobel sin haber recibido el Premio Nacional. ¿Los ascensores de Valparaíso uno de los 100 tesoros más importantes del mundo? En Chile apenas les prestaban atención.

El premio otorgaba aproximadamente US $40 mil dólares para un estudio sobre la historia de nuestros funiculares, los factores que los amenazaban, y una tesis de desarrollo sustentable. Sabiendo que los activistas porteños tenían fama de xenófobos, Jaime y Antonino armaron un equipo de académicos 100% locales. Más importante aún, produjeron un espléndido compendio de más de 200 páginas sobre cada uno de nuestros ascensores y muchos que ya se nos fueron. ¿Quiere saber sobre el abandonado Ascensor El Litre? ¿Qué pasó con lo del Cerro Santo Domingo? Está todo allí. Un verdadero tesoro. Una de mis primeras biblias sobre el patrimonio local.

Así fue que Jaime y Antonino me recibieron en su taller, ubicado en una de las pocas casonas que se salvaba en la zona oriente de Santiago. Sobre té y galletas, me contaron sus experiencias y les conté mis sueños para Valparaíso. Nos hicimos amigos de inmediato.

Al final de la visita, Jaime me ofreció el siguiente consejo: “Cuando ganamos el WMF teníamos un poco de plata. Los porteños nos querían y las puertas estaban abiertas. Pero una vez gastada la plata nuestro teléfono sencillamente dejó de sonar. Nadie nos invitó a participar en nada. No queremos que te pase lo mismo.”

Han pasado 16 años desde la hazaña y hoy Valparaíso tiene más ascensores “en panne” que en cualquier momento de su historia. Un triste legado de una ciudad que, al parecer, no sabe cuidar a sus héroes.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Buena gringo
No tenía idea de esas dos personas, aunque suele suceder: los que dan el primer paso siempre son los "tontos", y después aparecen otros, algunos valorables sí, que se llevan el crédito.

Pero siempre hay alguien que se da cuenta, y ese debe ser el mejor regalo para los emprendedores.

Buen sitio, buena columna esa del pintor famoso que recaló en Valpo...

Saludos

El Gringo dijo...

Estimado Germán,

Gracias por el comentario. Para mi, uno de los aspectos más tristes de todo esto es lo siguiente: En primer lugar, se olvidan el sacrficio de muchos que han aportado. Segundo, y peor aún, cuando alguien "se atreve" a criticar la gestión patrimonial--como lo hizo el Premio Nacional de Arquitectura, Juan Sabbagh hace poco--se defiende atacando el hecho de que "no es de Valparaíso". ¿Porque no se defienden sobre un analisis técnico de lo dicho? ¿Porque tienen que atacar donde uno nació?

Para mi, esto, igual a mi columna, demuestra cierta decadencia y desgaste en nuestra gestión patrimonial.

Una vez más, gracias por ser un fiel lector a mi columna.

el gringo

Anónimo dijo...

Eh, es medio extraño eso, surge una respuesta xenófoba, algo contradictorio cuando a las autoridades, Aldo Cornejo en este caso, le toca hablar de la historia de Valpo y sus inmigrantes.

Aunque si se limita la discusión a lo meramente técnico, dejas de lado al grueso de la ciudadanía, y se genera un círculo vicioso donde sólo algunos dicen qué es o no es patrimonio, generándose en definitiva una lógica falta de compromiso del habitante, surgiendo grandes mitos.

Recuerdo que hace unos años la frase recurrente era "Valparaíso es la ciudad de Chile que posee mayor fuerza identitaria", no sé qué estudio reveló eso, pero se repetía sin mucha reflexión.

Hoy, Sabbagh cuestiona esa identidad y lo propio hace la Fundación Rescate Patrimonio de Valparaíso. Esa discusión es profunda, porque parece que todos tienen -tenemos- conceptos distintos.

Y al igual lo que ocurre en Santiago con la Plaza Italia, hace poco escuché la frase "avenida Alemania pa' arriba y avenida Alemania pa' abajo".

Algo pasa, y ciertamente que tirar bronca con una malentendida "puesta de camiseta" poco ayuda a leer qué sucede y cómo solucionarlo. Aunque tal vez sea parte de las causas...

El Gringo dijo...

Estimados lectores de Cementerio de Disidentes, a continuación adjunto carta mandado por Jaime Migone a El Mercurio:

Estimado Señor Director:

Quiero agradecer públicamente el artículo de Todd Temkin, publicado el domingo 15 de
junio pasado, en relación a nuestras gestiones de puesta en valor de los Ascensores de
Valparaíso. Sus palabras son un premio y un apoyo para seguir trabajando por el
patrimonio y la cultura en nuestro país.

Ha pasado mucho tiempo desde que iniciáramos esa batalla cultural en el medio de la
nada y con poquísima sensibilidad nacional, respecto del inmenso valor de este
patrimonio cultural en nuestro puerto.

En ese momento existía solamente protección legal sobre el ascensor Polanco y ninguna
sobre los otros 14 que en ese momento prestaban servicio dentro del sistema de
transporte público de la ciudad.

Nuestro cariño por Valparaíso nos empujó a aventurarnos en esta iniciativa que
encauzamos hacia la postulación de la Lista de Patrimonio en Riesgo, del Programa
World Monuments Watch de la institución World Monuments Fund, con sede en Nueva
York, Estados Unidos.

Fue muy impresionante corroborar nuestras apreciaciones valóricas especto de este sitio
patrimonial, con la inclusión en la Lista y el posterior Grant que nos fue otorgado por el
World Monuments Fund, para la realización del estudio para su puesta en valor.
Junto a los Ascensores, en la Lista de los 100 “Most Endangeerd Sites” de 1996 del
Programa World Monuments Watch estaban Ankor, en Camboya; Taj Mahal en India;
Pompeya en Italia; Hagia Sofía en Estambul, Turquía, entre otros, lo que ilustra la
relevancia y trascendencia de nuestro sitio patrimonial.

Durante la ceremonia de entrega de premios y grants en el restorán “Windows on the
World” en las desaparecidas Torres Gemelas de Nueva York, que tuve la fortuna de asistir
junto a nuestro Cónsul en esa ciudad, los Ascensores de Valparaíso fue el único sitio
urbano industrial del siglo XX y con su presentación magistral se concluyó ese encuentro,
donde asistieron Marilyn Perry, Bonnie Burnham, Cyrus Vance y Javier Pérez de Cuellar
entre otras importantes autoridades.

Esto sin duda repercutió positivamente en Chile y significó posteriormente la declaratoria
de Monumento Histórico de todos los ascensores que carecían de esta protección legal y
el inicio de las gestiones que en Paris llevara a cabo Marta Cruz Coke para la inclusión de
la ciudad en la Lista de Patrimonio Mundial de UNESCO.

Sin embargo y lamentablemente, no todos los ascensores fueron incluidos en esta Lista
de Patrimonio Mundial de UNESCO así como tampoco se ha desarrollado un plan integral
de puesta en valor de este conjunto único en el mundo.
Solamente Lisboa, en Portugal posee 5 ascensores que se acerca en cantidad a nuestro
puerto con 15 y algunos más, razonablemente recuperables como el Ascensos La Cruz.

Sin embargo Lisboa tiene un cariño y una preocupación ejemplar y digna de admiración
para con su sistema de transporte y es una de las atracciones de la ciudad. Nosotros
TICCIH-Chile Comité Nacional para la Conservación del Patrimonio Industrial – Delegación Chilena – Av. Pedro de Valdivia Nº 1080
Of.51 – Providencia – Santiago – CHILE Fono&Fax 56.2.7169056 mail: ticcihchile@gmail.com
tenemos más de tres veces esa cantidad y todavía estamos esperando acciones
concretas.

Este conjunto patrimonial tiene y debe ser mirado como un todo, asociado
estratégicamente con Valparaíso. No como elementos aislados en la ciudad y tratados sin
conceptos ni criterios unitarios referidos a su puesta en valor y a sus necesarias
restauraciones.

Como señala Todd Temkin, nunca más fuimos considerados en ninguna mesa de
conversaciones, asesoría o consulta, para con este tema, sobre el cual se requiere ante
todo unidad y cohesión de conceptos.

Seguiré pensando siempre, que el conjunto de ascensores de Valparaíso es el bien a
proyectar al futuro y el potencial motor de desarrollo turístico cultural de la ciudad. Como
tal debe ser considerado.

La Declaración de Ámsterdam de 1975 señala que: “La conservación del patrimonio
arquitectónico debe ser considerada no como un problema marginal, sino como el
objetivo principal de la planificación urbana y territorial”

Dr.Arq. Jaime Migone Rettig
Presidente
TICCIH-Chile
Comité Nacional Chileno para la Conservación del Patrimonio Industrial