viernes, 16 de mayo de 2008
Crepúsculo en Tono Piel y Verde, Valparaíso
El Museo Tate Modern se alberga dentro de lo que era la generadora eléctrica más importante de Londres, una inmensa fábrica de ladrillos rojos con una chimenea de 10 pisos. Visto desde el otro lado del Támesis, parece sacado de una novela de Charles Dickens: su sombra oscureciendo las aguas del rio en la medida en que va creciendo la tarde. Como sede del Tate, el edificio es un fiel homenaje a la Era Industrial que vio nacer las numerosas obras maestras que allí descansan: Degas, Monet, Gauguin, Cezanne, Matisse, Kandinsky, Renoir, etc.
Es en este sorprendente espacio donde descubrimos otro desconocido capítulo sobre Valparaíso.
Aunque haya nacido en Massachusetts, existe debate sobre si el pintor más importante que ha producido EE.UU. era o no “americano”. James Whistler (1834-1903) rechazó el llamado al naturalismo americano pontificado por Whitman y Twain. Alcanzó a estudiar dos años en la Academia Militar de West Point, pero luego abandonó EE.UU. para irse a Europa, compartiendo su tiempo entre Londres, París y Glasgow. Allí, su creciente celebridad lo convertiría en uno de los artistas más cotizados de su época. Era conocido por su temperamento y sarcasmo. Una vez demandó a un crítico de arte por no haberle rendido homenaje. Durante una de sus famosas cenas en París, su amigo Oscar Wilde, encantado con un chiste de su anfitrión, habría dicho: “Ojalá yo hubiese dicho esto, James”. Whistler le habría contestado: “Lo harás, mi amigo; lo harás”.
Uno de los enigmas más curiosas para los expertos del Centro de Estudios Whistler de la Universidad de Glasgow ha sido explicar por qué este excéntrico artista, que no defendió a su propio país en la Guerra Civil, sí haya optado por subirse a un barco para defender a Chile —país con el cual no poseía ningún parentesco— contra el bombardeo español de 1866. Según el académico Nikolaus Pevsner, “la aventura de Whistler en Valparaíso debe entenderse dentro del mismo contexto en el que Degas viajó a Nueva Orleáns, Rousseau a México, Manet a Brasil y Gauguin a Tahití”.
Whistler recordó su decisión de viajar a Valparaíso así: “Londres estaba lleno de veteranos de guerra buscando aventuras. Allí apareció la noticia de una agresión española contra Chile y Perú. Mientras más se conversaba, más nos parecía que era correcto hacerlo. Todo se arregló durante una tarde”.
Una vez en Valparaíso, escribió: “Había una bahía en forma de herradura rodeada por hermosos cerros rocosos. Valparaíso estaba por un lado, los cerros por otro. En la entrada de la bahía estaba la flota española. Entre ella y la ciudad había barcos de EE.UU., Inglaterra, Francia y Rusia. En la madrugada los otros barcos zarparon a mar abierto, dejando a la armada española sola frente a la ciudad. Así empezó el bombardeo”.
Whistler pintó nueve cuadros durante sus seis meses en Valparaíso. Estos adornan los museos más importantes del mundo. El más importante, “Crepúsculo en Tono Piel y Verde, Valparaíso”, propiedad del Tate Modern, parece haber sido pintado desde el Paseo Gervasoni. Sobre la obra se ha escrito: “Los cuadros de Whistler en Valparaíso, con su predilección por el armonioso arreglo del color por encima del sujeto, pueden interpretarse como un puente que sirvió de inspiración para el incipiente movimiento impresionista”.
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5 comentarios:
Gracias, Todd, por este hermoso regalo que tanto contribuye a recuperar la mística de la ciudad
Vamos de a poco. Saludos, TT
es un placer descubrir o redescubrir todo lo hermoso q tiene nuestra ciudad para entregar
Es un placer ser un vehiculo para tal redescubrimiento. Un abrazo
TT
Descubri tu libro morire en Valparaíso hace como uno o dos años atras, mientras estaba buscando algun libro interesante para leer y simplemente me encanto es uno de mis libros favoritos, adoro tu forma de escribir y esa forma de relatar sobre valparaiso
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