Quien dice: “Yo conozco todo lo que hay que saber sobre Valparaíso”, está mintiendo.
O, tal vez, se miente a sí mismo. ¿Quién sabe? Solo sé que nuestra ciudad es una fuente inagotable de sorpresas. Como lo que me pasó hace unas semanas, cuando me tocó el honor de recibir a una delegación de representantes de la pequeña Municipalidad de Valparaíso, venida desde Indiana, Estados Unidos, población 23.747.
Estaban de visita en Chile el alcalde suplente, el Presidente de la Cámara de Comercio, y sus señoras. Tras varios infructuosos intentos de contactarse con nuestro alcalde, optaron por bajar significativamente sus expectativas y se contactaron conmigo.
“Es que no sabe lo emocionante que es para nosotros estar aquí,” me dijeron. De repente se me ocurrió que estos caballeros tenían alguna fijación especial por poetas narigones, pero resulta que lo que realmente les tenía tan exaltados era estar en Valparaíso, Chile.
Es que la historia de SU Valparaíso es ni más ni menos que una anécdota más de la inmensa historial de nuestro Valparaíso. De estas anécdotas que tanto nos sobran que demasiadas veces ni las pescamos.
Resulta que durante la Guerra de 1812 entre Inglaterra y Estados Unidos, el capitán del U.S.S. Essex--orgullosa fragata bautizada, junto con su aún más famoso hermano, el U.S.S. Ironsides, en el astillero de Salem, Massachusetts en 1799—se llamaba David Porter. Una vez que estallo la Guerra, el Essex fue despachado a patrullar el Atlántico Sur. Durante 1813 ganó diez batallas. En 1814 cruzó el Cabo de Hornos, llegando a nuestro Valparaíso el 14 de febrero, donde fue sorprendido por dos buques ingleses, el HMS Phoebe y el Cherub.
Siendo Valparaíso un puerto neutral, el Essex fue impedido de zarpar ante el peligro que significaba el superior tamaño de sus contrapartes. De repente, la noche del 28 de marzo, el Capitán Porter, temiendo el arribo de más barcos ingleses, intentó escapar de noche a mar abierto. Dice la leyenda que, una vez pasado Punta de Ángeles, el Capitán Porter experimentó una averia que le obligo a volver a puerto. El Phoebe, viendo que Porter había llevado el barco más allá de las aguas neutrales, atacó. El Cherub apoyó y, tras una pelea de dos horas y media, la tripulación del Essex no tuvo opción más que abandonar el barco. Muriendo así 58 marinos estadounidenses en la bahía de Valparaíso.
Sé que algunos lectores—sospecho un 5%--conocen la historia del Essex en Valparaíso. Tal vez hasta un 0.1% han visitado el emotivo monumento a los caídos del Essex que se encuentra en el Cementerio de Disidentes. Pero apuesto que ni ellos sabían que el Capitán Porter, tras repatriarse a Estados Unidos, y tras comandar gloriosas campañas navales en el Caribe, durante el conflicto con México en 1823, jubiló, y, que, al jubilarse, fue reconocido con uno de los máximos honores de los cuales un país puede rendir a sus héroes: nombraron un pueblo en su honor, Portersville, Indiana.
Pero el otrora Capitán, ahora Comodoro jubilado, David Porter, nunca se sintió cómodo con el nombre de Portersville. ¿Por qué? ¿Quién sabe? Así, unos años antes de morir, entregó a las autoridades de Portersville una solicitud de cambiar el nombre del pueblo a otro que, para él, representaba la batalla más emblemática de toda su vida militar: Valparaíso.
Quien te dice, “Yo sé todo lo que hay que saber sobre Valparaíso”, te está mintiendo. O, tal vez, se miente a sí mismo. ¿Quién sabe?
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3 comentarios:
Extraordinario. Felicitaciones.
Supe la existencia del Valparaiso Gringo por una casualidad informatica, y busque y lei la historia de la batalla y del cambio de nombre, eso si desconocia el monumento de los combatientes en el Cementerio de disidentes.. otra historia mas de este puerto
Leí acerca de un Valparaiso Crusaders, de la ciudad de Valparaiso, Indiana. Investigue la historia. Y confirme, lo que sospechaba, El nombre fue dado en recuerdo a nuestra JOYA DEL PACIFICO.
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