Moriré en Valparaíso

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Mi nuevo libro con prólogo de Roberto Ampuero

sábado, 24 de enero de 2009

Juliette Morgan


Juliette Morgan nació en Montgomery, Alabama, en 1914. Hija única de una privilegiada familia sureña de siete generaciones, su padre era amigo de F. Scott Fitzgerald; su mamá, descendiente de un general del ejército confederado. Hizo un bachiller en Literatura y un magíster en Ciencias Políticas, una excepcional señorita de la alta sociedad.


Pero sufría ataques de ansiedad que le impedían conducir. Viajaba en transporte público. Allí fue testigo de la brutal humillación que sufrían los negros de Montgomery.


La historia cuenta que la lucha a favor de los derechos civiles partió el mítico 1 de diciembre de 1955, cuando Rosa Parks se negó a entregar su asiento a un blanco. El "Boicot de Montgomery" conmovería al mundo. Pero en 1939, 16 años antes, Juliette Morgan ya escribía la primera de decenas de cartas al principal diario de la ciudad. "Los negros pagan el mismo boleto que nosotros, pero el trato que reciben no sería digno ni para un burro", decía la primera. Una segunda reclamaba: "La segregación no es cristiana". Fue despedida de su trabajo.


Durante los '40 seguía escribiendo cartas. Los blancos la humillaron en las calles y arriba de los buses. Sus padres le imploraron que no continuara. Accedió y fue contratada en la biblioteca municipal.Allí mantenía un bajo perfil, pero, secretamente, trabajaba para identificar a un selecto grupo de blancos "iluminados" repartidos en la zona. En 1952 rompería su silencio con una nueva misiva al diario: "Existen miles de blancos decentes con ganas de cambiar el orden del mundo. Nuestro principal desafío es superar el miedo que nos impide hablar". El alcalde insistió en su despido. El director de la biblioteca, por deferencia a su papá, no le hizo caso, siempre y cuando “se dejara de escribir".


Pero el 12 de diciembre de 1955, once días después del inicio del boicot, publicó otra carta: "Los negros de Montgomery se han transformado en los herederos de Mahatma Ghandi. Su lucha, sin embargo, es aún más trascendente. La discriminación, la ignorancia y el odio que enfrentan son aun más terribles… Uno siente que los ojos del mundo están puestos en Montgomery. Que la historia del mundo se está escribiendo aquí… Me es imposible imaginar un alma tan muerta, un corazón tan vacío, una visión tan ciega, que no logra emocionarse con la dignidad con la cual los negros han conducido esta protesta”. Entre los lectores de esta carta había un joven predicador: Martin Luther King (MLK).


La familia Morgan recibía amenazas día y noche. Incendiaron un crucifijo delante de su casa. El 16 de julio de 1957 no aguantó más. Fue descubierta muerta, con un frasco de pastillas de dormir vacío a su lado. En una carta expresó su dolor por "haber hecho sufrir a sus padres".


En su autobiografía, MLK relata: "No habría sido posible la maduración de nuestra visión de la desobediencia civil sin violencia, si no hubiese sido por una bibliotecaria blanca". Fue Juliette Morgan quien le inspiró a apoyarse en la figura de Ghandi. El resto es historia.

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